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Supersole y diabeticos

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica. Muchas otras enfermedades pueden surgir a partir de la diabetes, entre otras, las neuropatías, enfermedades de los tejidos blandos, disminución de la sensibilidad y de la circulación sanguínea. Desde el punto de vista del pie esta es una mala combinación. Corres el riesgo de que no te des cuenta de las zonas de roce que surgen en el zapato o el calcetín. Esto puede dar lugar a heridas en los pies, de difícil curación. Las personas diabéticas pueden llegar a tener heridas graves que pueden necesitar intervención quirúrgica. Estas heridas se encuentran normalmente en la planta del pie, en los dedos, entre los dedos o en el talón. En un principio no parecen muy graves, pero si no las trata rápidamente un podólogo pueden causar grandes problemas. En definitiva, es muy importante que cuides atentamente tus pies.

Podólogo
Si aparecen heridas en los pies es necesario acudir al podólogo, y si eres diabético éste debe hacerte un buen examen de tus pies para detectar si la sensibilidad está disminuida. Si es el caso, es muy importante tener un control constante y un tratamiento podológico. Como fisioterapeutas podemos examinar la función y estado de las articulaciones del pie, pero cuando existen heridas o patologías es necesario acudir al podólogo. Éste tiene la formación necesaria para tratar el pie diabético.

Cuida tus pies
Es necesario controlar profundamente a diario la situación de tus pies. La piel debe estar intacta y suave sobre el empeine y en la planta. Puedes utilizar un espejo si te es difícil ver todo el pie.

Pies limpios
Debes lavar tus pies cada día con agua tibia y jabón. Ten cuidado con la temperatura del agua, ésta no debe ser demasiado alta, si tienes problemas de sensibilidad se pueden producir quemaduras. Evita los baños prolongados, ya que la resistencia de la piel disminuye. Después debes secar bien tus pies, especialmente entre los dedos. Sin embargo es necesario hidratar los pies con cremas especiales después de cada lavado para evitar que éstos se agrieten. Se debe evitar que quede crema entre los dedos de los pies. Tu podólogo te puede recomendar la crema más apropiada.

Pies calientes o fríos
Si tus pies tienden a estar calientes y húmedos, puedes utilizar una crema especial de farmacia para evitar la sudoración. Los pies fríos se tratan con masaje y ejercicios diversos. El fisioterapeuta te propondrá los más convenientes. Es importante dejar suficiente holgura en los calcetines y los zapatos. Si quieres calentar tus pies, utiliza calcetines de lana o mantas. Evita utilizar calor externo para calentar tus pies.

Las uñas de los dedos del pie
Se cortan rectas. Si tus uñas son duras, córtatelas después del baño. Cuida que no sean puntiagudas. Si tienes problemas con tus uñas el podólogo te puede ayudar.

¿Tus pies crecen?
Cambia de zapatos
Los pies “crecen” a lo largo del día y en algunas personas se hinchan. Por eso cambiar regularmente de zapatos es importante. Los pies aumentan de tamaño durante el día, por esto hay que cambiar el calzado a menudo. Antes de ponerte el zapato debes tocar con tu mano que el interior del zapato esté liso, sin irregularidades que puedan dañar los pies. No hace falta mucho para que aparezcan rozaduras, sobre todo si tus pies se hinchan durante el día.

Durezas
Si aparecen marcas en la piel de los pies o surgen callos, durezas o grietas, es señal de sobrecarga en algún punto. Nunca debes intentar quitarte tu mismo los callos, durezas o verrugas. Los productos farmacéuticos para quitar verrugas o callos deben evitarse porque pueden dañar la piel sana Es mejor acudir a un especialista para que éste pueda encontrar el origen de la piel seca.

Ampollas
Nunca debes romper una ampolla que ha surgido del roce del zapato o por sobrecarga del pie.
El líquido de dentro de la ampolla protege la nueva piel de más adentro, que todavía no es suficientemente resistente. Pon un trozo de gasa limpia sobre la ampolla para protegerla. Si hay sangre o pus debes ver a un medico. Si el líquido es claro deberías ver al podólogo.

Hongos del pie
Los hongos se reconocen como una superficie blanca y húmeda, o como una región roja intensa, sobre todo en el antepié, a veces con vesículas en la planta del pie o sobre todo el pie. Los hongos se tratan con medicamentos fungicidas que se consiguen en la farmacia. También hay que evitar un ambiente caliente y húmedo. Cambiate los calcetines cada día.

Pies descalzos
Nunca deberías caminar descalzo, ni siquiera en tu propia casa, y mucho menos si la circulación sanguínea o la sensibilidad de tus pies está disminuida. En la playa debes protegerlos para evitar cortarte o pincharte, sobre todo en el sur, donde la arena puede estar muy caliente, corres el riesgo de quemarte los pies. Caminar sin zapatos es especialmente peligroso con riesgo de que se produzcan grietas o infecciones.
¡Nunca debes andar descalzo!

Zapatos
El calzado debe ajustar bien
La talla correcta del calzado es algo muy importante para el que sufre de diabetes: Un mal calzado puede producir heridas y en el peor de los casos, una amputación. Siempre debes controlar tus zapatos, porque constantemente el pie se altera. Compra siempre tus zapatos por la tarde cuando los pies aumentan de tamaño. Nunca hay que pensar que con el tiempo el zapato se adaptará al pie. Para asegurarte de que compras el tamaño adecuado puedes dibujar la periferia del pie en un papel y agregar unos milímetros alrededor de la línea dibujada, alrededor de los dedos. No olvides hacer el dibujo por la tarde, cuando el pie aumenta de tamaño. Recórtalo y llévalo cuando vayas a comprar zapatos. Ponlo en el interior del zapato que pienses comprar, y si queda liso, te conviene. Un zapato nuevo no lo debes utilizar más de media hora la primera vez. Antes de calzarte siempre mira adentro del zapato. Es importante que esté limpio. Debes asegurarte de que no haya piedrecitas o arena dentro. Acostúmbrate a sacudir los zapatos antes de ponértelos. Es necesario controlar el calzado y la piel de los pies para que no aparezcan marcas, rozaduras o ampollas. Para ello puedes utilizar un espejo o te puede ayudar alguien.

Zuecos
Los músculos del pie no funcionan normalmente cuando caminas en “zuecos” (zapatos de madera o de hospital). Si por razones del trabajo tienes que utilizar zuecos, debes cambiarlos por zapatos flexibles en tu tiempo libre.

Medias
Las medias o calcetines pequeños, que tienen costuras o irregularidades, puede causar heridas o marcas por presión. Dales la vuelta o ponte otros que sean suficientemente amplios y cómodos. Esto también es aplicable a las medias de nylon.

Fisioterapeuta o podólogo
Si tienes heridas en los pies o reducción en la sensibilidad, debes pedirle a tu podólogo unas plantillas paliativas. Él sabe hacerlas. Si no tienes heridas u otros problemas puedes acudir al fisioterapeuta, que pude hacerte unas plantillas dinámicas. Estas te darán mejor equilibrio, mejor circulación sanguínea y mejor control sobre la marcha. Para una persona diabética es muy importante que tenga zapatos y plantillas que permitan un correcto movimiento del pie.

La plantilla debe estar hecha especialmente para TU pie.
Para estimular la circulación sanguínea en el pie, es importante que la plantilla sea dinámica. De esta forma los músculos del pie no dejan de trabajar. Para estar seguro de que la plantilla está 100% adaptada a tu pie, debes consultar regularmente con tu fisioterapeuta. En un principio debes utilizar la plantilla solamente 5-10 minutos al día y después asegurarte si ha dejado alguna marca en tu pie.